- EMANACIONES DE LUZ I. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ II. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ III. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ IV. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ V. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ VI. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ VII. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ IX. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ X. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XI. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XII. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XIII. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XIV. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XV. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XIIIV. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XVII. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
- EMANACIONES DE LUZ XVIII. Fotografía analógica y retoque digital, 2009
EMANACIONES DE LUZ, 2009
Mapi Rivera
La serie “Emanaciones de luz” es fruto de un encargo del Ayuntamiento de Huesca cuando se cumplen 10 años de aniversario del Festival Periferias. En el primer Festival se utilizó la serie de imágenes de mi autoría, “Acorazonabierto”, 2000, que marcó una línea estética basada principalmente en la fotografía. Se me pide crear una imagen nueva que cierre un ciclo y que esté inspirada en la imagen que abrió el Festival. La temática de esta décima edición es Periferias comercial.
El tema del comercio me remite al oro, sin embargo, extrapolo el sentido de transacción comercial que habitualmente va asociado con el intercambio de moneda, para extenderlo a un intercambio en otros ámbitos de saber y conocimiento.
El color dorado o el oro ha sido utilizado en los iconos y representaciones sacras como sinónimo de luz y transcendencia. En la tradición alquímica el oro es una suerte de luz cosificada, el resultado de una transmutación en la que el propio ser humano transmuta en un ser nuevo y resplandeciente. Los aros que rodean a los santos, los fondos recubiertos de pan de oro de las pinturas religiosas del Medievo, nos remiten a esos lugares invisibles y numinosos, que sólo podían verse con una mirada interior, abierta, transfigurada. Así, estas imágenes aluden a un anhelo de trasmutación interior, de convertirse en luz, de irradiar numinosidad.