CUADERNO DE VIAJE, 2004

Mapi Rivera

La serie de imágenes Condensaciones está realizada en Villanúa, villa desnuda del Pirineo Aragonés.

La vivencia de esta experiencia recogida en sesiones fotográficas fue de integración con el entorno natural, pero ante todo de acercamiento al cielo y a su luz. Mi ser erguido y firme entabló comunicación y comunión con él. Sentía la luz llegando a mi cuerpo como si fuera la descarga de un rayo de tormenta continuo y reparador. Al impregnarme de luz, de alguna manera me elevaba cielo arriba.

La tormenta y los cielos amenazantes requerían de constancia y tesón para no abandonar el puesto de vigilia en el que me había transformado. Me convertí en estela-guía de mi misma, visionaba la luz en mi propio corazón, en mi vientre y en mi cabeza. En mi cabeza también visionaba un campo de estrellas, la noche horadada de luces.

El camino que pasaba por la “villa desnuda” era un reflejo del inmenso camino de estrellas que se dibujaba en el cielo. Estrellas que imaginé, que sentí próximas y lejanas, ocultas tras las nubes tormentosas. Estrellas que descansaron en mi sueño, como si me las hubiera tragado una a una y brillaran esparcidas en el interior de mi cuerpo. Después durante el día recorriendo los senderos, arropada por el campo de la “villa desnuda” me deshacía del vestido de la noche y desnudaba el corazón, el deseo, el pensamiento. Las burbujas transparentes en la luz solar eran estrellas diurnas.

Recorrí el camino de la luz, posando inmóvil mientras era fotografiada, mirando el cielo, sintiendo cómo me inundaba los ojos y el cuerpo. Entregándome al amor que corría por mis venas como ríos de luz. Quieta, inmóvil y sin embargo ligera, transparente como el agua limpia, propensa a evaporarme por la mirada del sol, deshacerme en burbujas, lágrimas, ojos, en mirada de luz.

Con los párpados cerrados y cálidos de sol, visionaba la ausencia de mí y la presencia de la luz.