ENCONTRAR MI RAÍZ

El año pasado disfrutaste de una estancia en la residencia de Artistas Arteles de Finlandia. ¿Cómo fue la experiencia a nivel profesional?

Durante el periodo que estuve en la residencia regía el programa “Back to basis” (Regreso a lo esencial) que pretendía ayudar a los residentes a focalizar, inspirarnos y crear evitando todo tipo de distracción digital, se nos retiraba el móvil y la conexión a Internet estaba restringida. También, se fomentaban medios de contemplación y visión interior, para ello nos iniciaron en la meditación zazen. Estos recursos y consignas favorecieron que aprovechara al máximo el tiempo que estuve en la residencia, totalmente centrada en el proceso de creación.

A nivel personal, ¿qué te ofreció un país con una cultura tan distinta a la nuestra?

La residencia se encontraba en medio de la naturaleza, en un entorno rodeado de lagos. Muchos de estos lagos tenían únicamente accesos privados con lo que tuve que pedir permiso a los propietarios de las cabañas cercanas para poder hacer fotografías desde sus muelles de madera. En estas pequeñas interacciones, me pareció gente amable y sencilla.

¿Los paisajes fineses encajaban a la perfección con tu trabajo fotográfico?

Fui a la residencia sin tener una idea preconcebida de lo que iba a crear, me sentía eso sí, tremendamente atraída por las aguas reflectantes de los lagos, una vez allí me dejé embargar por las luces de esos cielos abiertos y atardeceres cambiantes.

Fruto de esta experiencia creaste el proyecto KÄÄNNA JUURI, Invertir la Raíz. ¿Cómo has invertido tus raíces y cuál es el concepto de esta serie?

Un día, paseando junto a un lago, encontré unas ramas que parecían raíces, supe que quería trabajar con ellas. Por la noche, soñé con pan de oro y uní ambos elementos al despertar. Adherir las hojas delicadas de pan de oro en las ramas fue un trabajo minucioso que supuso un proceso reparador. En oriente cuando un objeto de cerámica se rompe, se vuelven a unir sus pedazos con oro, resaltando así sus grietas. Esta técnica inspirada en la filosofía japonesa wabi-sabi tiene un sentido restaurador, se valora la experiencia vivida, la crisis, la rotura, así estas fisuras suponen una nueva y enriquecida oportunidad de integridad, son aperturas que nos enraízan a la parte más etérea y transcendente de nosotros mismos que ha conseguido superar la adversidad. Enraizarme al cielo abierto, al abismo esencial y original cuyo reflejo tiene cabida en el interior, fue el sentido de estas series de imágenes que me devolvían, a su vez, una imagen especular en la superficie del agua. Los seres humanos como las plantas necesitamos conocer nuestras raíces pues son vitales para nuestro crecimiento y desarrollo. Por fuerza de voluntad y salud podemos escoger donde enfocamos nuestras raíces, donde queremos vernos sostenidos cuando el suelo se difumina en nuestros pies. Inevitablemente, la experiencia personal crítica que estaba atravesando transcendió en mi proceso artístico, así, esta serie devino un proceso sanador que me llevó a encontrar mi raíz en el centro luminoso de mi ser, cuando todo lo que era familiar para mí perdió su contorno y aparente solidez.

¿Cómo has vivido la crisis del coronavirus a nivel profesional y personal?

Ha sido un perido de mucha introspección. Me he volcado en la escritura poética y el dibujo inspirado, medios previos a todo proyecto de elaboración fotográfica que habitualmente trabajo en cuadernos de artista.
También pude realizar la postproducción de las capturas fotográficas que realicé en Finlandia, ya que esta fase de retoque y elaboración digital lleva mucho tiempo y dedicación. En el siguiente enlace podéis ver el proceso íntegro de captura y edición final de la serie Käänna Juuri. https://vimeo.com/404142933