MARES SIN ORILLAS

María Jesús Buil Salas

¡Qué hermosa eres, Tierra, y cuán sublime! ¡Qué perfecta es tu obediencia a la luz, y qué noble tu sumisión al sol! Khalil Gibran

Cuando vi, por primera vez, las bellísimas imágenes que Mapi Rivera había traído de su estancia/retiro en Ifitry (Marruecos) no pude por menos que emocionarme. La artista nos hablaba del ritual con el que, cada amanecer y cada atardecer –con los versos de Ibn Arabi aún en la cabeza- se acercaba hasta la playa para realizar las sesiones fotográficas, saludando y despidiendo al astro rey, congratulándose ante su segura aparición cada mañana y acompañándolo en ese engaño visual y perceptivo que no deja de ser cada crepúsculo, recordé uno de los poemas que Gibran en “Pensamientos y meditaciones” le dedicó a nuestro planeta.

¡Qué hermosa eres, Tierra, y cuán sublime!

¡Qué perfecta es tu obediencia a la luz, y qué noble tu sumisión al sol!

¡Qué encantadora eres, velada de sombras,

y qué fascinante es tu cara, enmascarada por la oscuridad!

¡Cuán apaciguadora es la canción de tu amanecer,

y qué duras las oraciones de tu crepúsculo!

¡Qué perfecta eres, Tierra, y qué majestuosa!.

La obra de Mapi Rivera, con sus planteamientos estético/filosóficos, traduce a imágenes visuales profundas reflexiones que abarcan territorios mucho más extensos de lo que los hombres y mujeres podemos alcanzar cuando únicamente utilizamos lo sentidos. Mapi Rivera, en esos escenarios, buscados, explorados, elegidos con una exquisita sensibilidad –ampliada en largos periodos de lecturas reflexivas y meditaciones penetrantes hasta llegar al vaciamiento- nos pone en contacto con ese yo interior que, para emerger, necesita la chispa que únicamente algunos artistas, como ella, son capaces de prender.

¿Puede una aguja enhebrar al sol? Y ella misma responde: “Comprendí en ese momento que para hilvanar al sol, para religarme a su luz, primero debía estar hueca de mí”; solo así captará las “ideas inspiradas”. Afirmo con rotundidad que en su último proyecto, Mares sin orillas, bajo la iluminación del místico Ibn Arabi, Mapi Rivera ha alcanzado un hito en la evolución de su lenguaje plástico/poético.

No me resisto a concluir este pequeño texto de presentación sin reproducir otro en el que Khalil Gibran se pregunta –nos pregunta-: “¿Llegará un día en que la naturaleza sea maestra del ser humano, la humanidad su libro y la vida su escuela? ¿Llegará ese día? No lo sabemos, pero sentimos una necesidad que nos lleva a avanzar y elevarnos hacia un progreso espiritual, y ese progreso es la aceptación de la belleza de todo lo creado por medio de nuestra propia bondad y la propagación de la dicha por medio de nuestro amor a esa belleza”. Que así sea.

ENHEBRAR AL SOL

Mapi Rivera

Then he discovered a hole like a needle hole. Looking through it, I saw a beautiful glow and dazzling light. Ibn Arabi

I have covered myself with a veil but I am still naked. I cannot hide my innocence. I have covered myself with a veil so as not to dazzle you. Can you bear my incandescent state? Mapi Rivera

As soon as I arrived at the Ifitry artists' residence, I was drawn to the coast and the force of the ocean. Every evening and every sunrise, as if it were a prayer ritual, I would go down to the beach for photographic sessions. I spent the rest of the day, reviewing photographs, walking around, and reading a book by Ibn Arabi that I had brought along for the trip.

His texts moved me deeply. Some of his poems exploded within me, fully coinciding with my perceptions and experiences. I wrote them down in my journal, along with other writings and drawings that flowed inspired by the reading and the environment around me. One of the poems of Ibn Arabi that has ended up giving title to this project says that; The illuminations of the mystics are like seas without shores, oceans of light without limits.

However, if the mystic wants to be able to return from that journey to Infinity, he/she has to keep the shore in mind. Likewise, the creative person who plunges into the sea of inspired ideas must return to shore to transcribe his/her experience.

I positioned myself on the shore, a frontier place that joins the ocean of the unknown with the land of the familiar things, to take these images, always directing myself to the sunlight. Also, twilight and dawn are interstitial times that border between night and day, promoting, according to Sufism, visionary experience and angelic appearances.

La luz que nos permite ver, decía Ibn Arabi, es en sí misma invisible, los colores la manifiestan. Los velos de color blanco, amarillo, rojo, azul y verde que utilizo para las sesiones fotográficas ocultan y muestran esta realidad invisible. Mantienen en tensión la paradoja que sólo se desvela mediante la unión mística.

Precisamente, el término árabe “yilwa” que quiere decir “quitar el velo a la novia en la noche de bodas” está relacionado etimológicament con la palabra “teofanía”, manifestación divina.

As the days passed in that isolated place, my gaze was becoming saturated with light; on one hand, of interior light inspired by the reading of the poems of the mystic Analusí and, on the other hand, of the exterior light that I contemplated during sunrise and sunset.

Fue entonces, cuando comencé a sentir, cada vez con más intensidad, la presencia sutil de Ibn Arabi. Hasta que un mediodía, en que intentaba conciliar el sueño, llegué a oir su voz y su preguntá me atravesó como un relámpago; ¿Puede una aguja enhebrar al sol?

This question stung my heart and a pulsating, living and joyous light pierced my empty chest. I understood at that moment that to baste the sun, to reattach myself to its light, first I had to be hollow from me.

By giving myself without reservation, the ritual of discovering myself before the sun, of revealing myself before its light, made full sense. Every sunrise and sunset I celebrated a sacred wedding. I had become a naked bride, brigth, free, without fear of immersing myself in an ocean of light without limits.