Unas manos abren un tejido sedoso y rojizo, una herida blanca se descubre llena de plumas. El corazón se dilata y una figura femenina extrae de él plumas de forma leve y fluida. Es una suerte de vuelo en el que no hay elevación, pero si acción de vaciado y ligereza en los gestos de los brazos que emulan el vuelo.