LA MANO GUIADA
Suele ocurrir que, cuando algo ronda mi interior, se convierte en una pregunta. Durante las meditaciones que realizamos a diario, recibimos comunicaciones canalizadas, textos inspirados de carácter metafísico y universal, y en ocasiones también de carácter personal. Como estaba preparando la conferencia: “Experiencia Mística y Visionaria. ¿Quién guía la mano? ¿Qué quiere decir escuchar una voz y canalizar un mensaje?” que iba a impartir en el MNAC, no me sorprendió recibir la siguiente respuesta que acogí agradecida.
En esta meditación, guiaron mi percepción, para poder transmitir lo que implica ser guiado por la sabiduría de las dimensiones sutiles que nos envuelven y abrazan. Os comparto el mensaje tal como fue canalizado.
Comunicación Canalizada: "La mano guiada"
Tiempo de recepción: 09-09-2023
Dicen: “¿Cómo guía un progenitor a un infante? En según qué circunstancias, le coge directamente de la mano para cruzar la calle, y el infante, le tiende su mano. Es un doble gesto acordado. En esa receptividad de la infancia, todos sois proclives a dejaros guiar, tenéis un corazón tierno, una mirada húmeda, tenéis los hombros ligeros y los pies descalzos. Sois el canal perfecto, el pupilo y la pupila perfectos, tenéis la visión abierta, todavía no habéis encogido el ánimo, ni el espíritu, para adaptaros a un mundo de estrechez, de carencia, y de competencia.
Si queréis dejaros guiar la mano, volved a ser como infantes. En vuestra madurez, en vuestra adolescencia, en vuestra vejez, cualquier edad es óptima, para volver al estado de la infancia, con toda la sabiduría que habéis experimentado en esta vida, pero reconectando, también, con toda la sabiduría que habéis experimentado o estáis experimentando en otras vidas. En ese momento de apertura, en ese momento en que tendéis la mano y tocáis la nuestra, se vuelve muy fino el hilo que nos conecta, es exactamente como lo pintó el pintor que se llamaba Miguel, y también Ángel.
Cuando extendéis vuestra mano, con todo el cuerpo temblando en la inocencia desnuda de aquellos que se dejan guiar, se produce un contacto, un tacto que os estremece, y un contacto que os colma de alegría, de dicha, de plenitud. Es como cuando abrazas a un amigo del alma, y te sientes en casa, y sabes que todo irá bien, pase lo que pase. Cuando extendéis la mano y tocáis la nuestra, vuestra sensitividad se despierta, esa sensitividad que estaba a flor de piel, queriendo ser acariciada para poder ser sensibilizada.
Cuando levantáis la mano os afirmáis, os prestáis voluntarios, decís que sí, os decidís. Y es entonces, con esas manos giradas y abiertas que podéis recibir. Pues los gestos importan, las afirmaciones importan, y las decisiones son imprescindibles.
Un niño, que tiene sus manos pegadas a los bolsillos, no puede ser guiado a cruzar la calle. Un niño que está enfadado, tozudo, ensimismado, no puede ser cogido con cariño, y llevado al otro costado. Para ir al otro costado, os tenéis que atrever a tender la mano y dejaros guiar, pues en este mundo que habitáis sois como infantes en el vientre de la madre tierra, y es por ello, que todos vosotros estáis acompañados de seres prístinos, maestros, guías, ancestros.
Pero, para poder interactuar, tenéis que levantar la mano y mostraros voluntarios, tenéis que alzar el brazo y dejaros guiar al otro lado, tenéis que decir que “sí”, con el corazón tierno y esponjado.
Así, es como se produce el contacto, con vuestra voluntad, y vuestra receptividad, y vuestra cordialidad afirmada, dilatada, y esponjada. Es así como, cuando la maestra lanza una pregunta en el aula contesta aquel o aquella que ha levantado su mano. Y decís que habéis sido escogidos, pero, en verdad, sois vosotros los que habéis escogido contestar, sois vosotros, los que habéis escogido alzar el brazo para tocar el infinito, y suavizar ese fino hilo separa nuestra percepción. Fijaos que el tacto te permite “ver sin ver”.
Por tanto, cuando alzas la mano, aunque no estés preparado para “ver”, estás preparado para sentir, para percibir. Si alzas tu mano, dices que sí, y otra mano te viene a tocar, otra mano te viene a guiar, otra mano te viene a acompañar. Lo importante, es tu gesto de afirmación y tu receptividad, y aunque no seas capaz de ver o de escuchar, si eres capaz de alzar la mano, la mano te guiará. La mano de tu ángel guardián, la mano de tu guía celestial, la mano de ese ancestro que te ayudará a cruzar al otro lado.
Una mano guiada, cuando está bien acostumbrada, cuando ya conoce el tacto de la multidimensionalidad, entonces, puede empezar a activar su don, a activar su capacidad. En vuestro caso, tenéis el don de escribir, tenéis el don de dibujar, tenéis una cordialidad que es un nido para la inspiración, y tenéis una visión húmeda, una visión que “ve”, y una visión que se enternece con todo lo que “ve”. Una visión que es capaz de ver más allá de este fino velo de la realidad, y una visión que es capaz de ver más allá en este mundo que habitáis.
Hay varias maneras de trascender el velo que os separa de vuestra esencia. Una es atravesándolo en viajes de ida y vuelta, y otra es profundizando en él, yendo a la semilla de vuestro corazón, sabiendo que dentro de vosotros existe un pellizco de la Fuente y del Origen. Y así, en ese reencuentro con vuestro ser original, desde aquí podéis trascender vuestra realidad. Algunos sois viajeros del infinito, y otros sois viajeros del centro del mundo, pero ambos hacéis el mismo desplazamiento, hacia la esencia de vuestro Origen.
Y así, cogidos de la mano, aprendéis a volar, igual que un pajarillo que acaba de venir al mundo y cuando ha cogido fuerza suficiente, alimento y nutrición, puede imitar a la madre y al padre, al despegar sus alas y volar.
Todos venís con esa información dentro de vosotros, y solo la tenéis que recordar, y si os dejáis guiar, si empezáis a sentir esos seres alados que os rodean, solo tendréis que extender vuestros brazos, y volaréis por la mañana, y volareis por la noche, y las palabras se derramarán en vuestras páginas, y las imágenes aparecerán en vuestros dibujos, y todas esas grafías no serán otras cosas que energía, atravesando vuestra percepción, vuestro corazón y vuestra mano guiada.
Así, os decimos, como habéis preguntado, os hemos contestado, guiando vuestra voz, a través de la escucha de vuestro corazón.”
2 Comments
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gracias por este collar de palabras. me llega ahora que lo necesito
Me alegra saberlo Pilar