LA CONFIANZA DE LA SEMILLA · 2024

LA CONFIANZA DE LA SEMILLA · 23-03-2024 · MAJOR

Dicen: “¿Cuál es la diferencia, entre vivir una vida seminal y aletargada y vivir una vida germinada? La diferencia es la proximidad con la expresión de vuestro propósito vital, que no es otra cosa que la floración, es decir, la máxima expresión de quien realmente sois. Cuando vivís una vida aletargada, sois como esa semilla dormida en la tierra, confortablemente, cálidamente, recogida en esa matriz fértil que la nutre y la alimenta.

Sin embargo, es cuando esta semilla despierta que empieza su auténtica nutrición, porque empieza la extensión de su raíz y la extensión de su tallo, y en este estiramiento, se alimenta de diferentes ámbitos, de diferentes medios, de diferentes dimensiones.

Es como si fuera un ser acuático que ha vivido toda su vida conociendo la belleza del fondo del mar, los elementos líquidos y húmedos, pensando que era la única realidad, y de pronto, os dais cuenta que no sólo sabéis bucear en vuestra profundidad, sino que podéis alzaros, estiraros, germinar, y tomar aire y luz de una nueva dimensión.

Y entonces vuestra perspectiva crece, os reconocéis mediadores entre mundos, conocéis vuestra dimensión de profundidad, pero también conocéis vuestra dimensión de alzado. Y en esa doble dimensionalidad, os reconocéis como mediadores de mundos.

La confianza que os da ese entrelazamiento, la fuerza que os da dominar más de un elemento, pues cuando vivís vidas aletargadas, normalmente, vivís vidas que se aletargan en la dimensión de la materia, pero cuando decidís estirar vuestro aliento, empezáis a incorporar otros elementos como el aire, como la luz. La tierra y la humedad se complementan con el aire y la luminosidad, y empezáis a encarnar toda complementariedad, a reunir toda polaridad, y os convertís, realmente, en un símbolo.

En la encarnación de esta doble dimensión reunida en vuestro corazón.
Y así, en verdad, sois seres seminales, y sois seres germinales, y sois seres florales, con la posibilidad de fructificar. Cuando llegáis al estadio de la floración, ya no solo domináis dos dimensiones, sino que alcanzáis la corona de vuestro propósito vital, y en esa apertura, en esa confianza, en esa coronación, expresáis la realización de quien sois, y podéis propagar esa esencia vital, podéis contagiar vuestro sentido de eternidad.

Podéis, con vuestra irradiación y con vuestra belleza, sencillamente, regalar vuestra esencia, pues vuestra esencia se multiplica en ese gesto de generosidad. Y así, eso es lo que cambia, cuando decidís dejar de vivir vidas aletargadas, estiráis vuestro coraje, estiráis vuestro valor, estiráis vuestra percepción.

Y vuestro mundo crece. Vuestras dimensiones aumentan hacia lo profundo y hacia lo elevado. Vuestras raíces se estiran y palpan a tientas los núcleos del Misterio, pero vuestras ramas también se estiran, y se alegran de acariciar el cielo y entienden que esa doble polaridad no es sino algo especular, y que tan magnífica es la oscuridad de la tierra, como la luz del cielo, y que juntos establecen la posibilidad de la materialización de la vida encarnada, en la máxima expresión de su floración…”