LA RAÍZ DEL MANANTIAL · 2024
LA RAÍZ DEL MANANTIAL · 22-06-2024
Me están enseñando seres de la naturaleza, seres feéricos, se parecen a Wendy de Peter Pan, pequeñitos así danzando. Me los enseñan como bailando, incluso oigo una música.
Y luego dicen; “La savia que discurre por el tallo de una flor, la savia que circula en el tronco del árbol, la condensación de esa savia en la semilla, la irrigación de esa savia ascendente hacia arriba. ¿Cómo es posible que a pesar de la inercia que se arraiga esta tierra, haya una savia que clame por la vida, haya una energía que os mantenga erguidos, mirando siempre arriba?
No solo las flores buscan la luz, todos los animales, incluso las piedras, buscan la luz. Vosotros no sois una excepción. Y cuando aprendéis que hay una energía que es como una irrigación que respira en vuestra columna, que sube y baja como una fuente, como un manantial, mientras habéis evolucionado de manera que vuestros pies pueden danzar y seguir enraizados a esta vida, a esta encarnación. Cuando empezáis a valorar la independencia de poder caminar sobre esta tierra, de poder acariciarla con los pies descalzos, es entonces cuando vuestra chacra raíz está siendo funcional, está siendo operativo.
Y os decimos, igual que vuestro chacra coronilla tira de los hilos de la irrigación para que vuestra energía os permita reconectar con el cosmos y ampliar vuestra visión, para daros una cosmovisión que nutra vuestro corazón, de la misma forma vuestro chacra raíz fluyendo, vibrando, tocando la tierra, completa el despertar de vuestra conciencia encarnada.
Porque, por mucho que nadéis en la espiritualidad, por mucho que vuestro corazón sienta y palpite bondad, por mucho que vuestra clarividencia os abra la reconexión con el Origen de vuestra esencia, con esa Fuente, ese Manantial del que todo procede, si no tenéis equiparablemente desplegados vuestros chacras, llamados inferiores porque están debajo del corazón, si no estáis danzando con la vida, si esa irrigación que sube también desciende, solo entonces estaréis completando la esfericidad, la integridad palpitante y viva de esta experiencia. Cuando estás en un lugar y vives en el anhelo de la alteridad, hay una parte de ti que está aquí y otra parte de ti que está en otro lugar. Entonces es cuando se produce la bilocación y también la dislocación.
Muchas personas que se reclaman y se reconocen espirituales surfean en la vida, nadan en ella y de cintura para arriba se sienten bendecidos, sienten que pueden abrazar el cosmos, reconocen su Origen, pero nada saben de su fin, de su finalidad, de esta oportunidad. Sólo cuando, de la misma forma que esa energía cósmica palpita en vuestros chacras superiores, irradia de vuestro corazón hacia el reconocimiento de quien sois, también, os atrevéis a reconoceros en esta tierra, en su continua transformación, en esa eternidad matricial que se renueva en cada ocasión, que se transforma y se transmuta más allá del dolor. Si no sois capaces de unir esa doble dimensión en vosotros, si no sois capaces de reconocer todas las dimensiones en vuestro ser, si no sois capaces de que esa irrigación cósmica también descienda hacia la Tierra, creando el broche perfecto entre el cielo y la tierra, entonces siempre estaréis anhelando otro lugar y, entonces, siempre estaréis desdoblados…”