LIBERAR LA PERCEPCIÓN PARA LO MILAGROSO · 2024

Me dice: “Todo irá bien y todo es posible.”
Y me enseña unas imágenes de médicos que yo siento que son médicos sanadores del cielo. Y después me enseña una gallina y un huevo.

Y dice: “Si sois capaces de maravillaros ante el siguiente milagro; que, de un huevo, de una semilla, nazca un polluelo; si sois capaces de maravillaros que, de un gusano transmutado, de una oruga, aparezca una mariposa; si sois capaces de maravillaros de que una ardilla traviesa sepa coger una nuez y abrirla; no os estallarán los sesos, los pensamientos, los razonamientos, si sencillamente os dejáis maravillar. Entonces, lo que se abrirá será vuestra cordialidad y podéis maravillaros con la realidad que os rodea, pues ¿acaso no es un milagro que de un óvulo fertilizado nazca un ser humano?

Si quisierais entender, con lo que vosotros llamáis la razón, racionalmente, semejante creación, os sentiríais tan paralizados y confusos que no saldríais de vuestro asombro. Os habéis acostumbrado a los milagros cotidianos, los habéis integrado en vuestra realidad y, también, habéis apagado vuestra capacidad de maravillaros.

Fijaos, si es posible que de un óvulo fertilizado nazca un ser humano, que de una oruga que se mete en su cutícula nazca una mariposa, que de una semilla dormida que se atreve a germinar salga una hermosa flor. Estáis rodeados de lo que se llaman milagros.

Si quisierais reproducirlo en un laboratorio, no podríais realizar semejante acto. Y, aun así, os acostumbráis a lo milagroso para no quedar paralizados por el asombro. Pero, esa costumbre os lleva también a apaciguar esa capacidad de asombro. Es como cuando un bebé que aprende a gatear, de pronto se pone en pie y aprende a andar, y todo el mundo se alegra, y todo el mundo lo celebra, y él se siente tremendamente alegre.

Caminar es un acto de alegría para toda la familia. Caminar hace que su corazón palpite con más fuerza, que sus ojos se abran con gran intensidad, y entiende que aprender a andar es algo milagroso, es algo que se celebra, es algo que contagia alegría y entusiasmo. Pero conforme aprende a caminar y camina sin cesar, el mismo niño olvida lo milagroso de su andar.

Y así es como automatizáis funciones que, en verdad, tienen instrucciones de la Fuente. Todo vuestro ser, todo vuestro funcionamiento, toda vuestra operatividad es un milagro…”