POLINIZADORES DE DULZURA · 2024

Me están enseñando polen, polen amarillo, polen amarillo anaranjado, y yo siento mucho esa textura del polen, y es como si, de pronto, me hiciera pequeñita y el polen se hiciera grande. Y también siento una luminosidad muy cálida.

Y dicen: “Hay muchos insectos en la naturaleza, y todos y cada uno de ellos tiene su función, su propósito y su determinación. Pero, entre ellos, las abejas y las mariposas están encargados de la polinización. Por ello, son animales símbolo, animales que os abren la percepción a un mundo microscópico, a un mundo de contagio y de impregnación, pues los insectos polinizadores, estos pequeños seres, son tan necesarios para la prosperidad como todos los demás, pero su labor es, además de esencial, hermosa.

Por ello, la abeja reina, la abeja que reina en vuestros corazones, es el símbolo de la persona iluminada, de la persona polinizada y de la persona que, inevitablemente, trasciende el reino de su ser para polinizar. No es que se proponga polinizar como aquellos que se dedican a predicar, sino que su ser y su hacer se han fusionado en una laboriosidad. Su sentido de vida y su propósito se han trenzado para dilatar, expandir y expresar incondicionalidad.

Y, es por ello, que cuando reinas en tu vida, cuando estás motivado por las pulsiones del corazón, cuando, en verdad en él se está elaborando miel y tu vida se dulcifica, y tu vida se vuelve amable y amorosa, entonces es inevitable polinizar, es inevitable contagiar. Con tu apertura cordial estás irradiando amorosidad. Eres como un pequeño sol, una flor abierta, una irradiación de ternura.

A veces, no es necesario ni siquiera hablar, tu mera presencia es una irradiación de amabilidad. Y este planeta está muy necesitado de Amor, igual que la vegetación necesita de la esporogénesis para prosperar, para procrear, para seguir creciendo, expandiéndose y poblando este mundo de belleza, sembrando este mundo de irradiación, apertura, expresividad…”