DE LA FUENTE AL OCÉANO · 2024

DE LA FUENTE AL OCÉANO · 24-06-2024 · MAJOR

Siento que quieren hablar de los diferentes caminos y bifurcaciones de la vida en relación con las líneas del tiempo.

Y dicen: “Desde la Fuente hasta el océano, ¿cuántos caminos puede tomar el agua, cuántos meandros, cuántas cascadas, cuántos lagos calmos o aguas estancadas? Desde la Fuente hasta el océano podrías decir que hay miles de bifurcaciones, miles de posibilidades, pero os decimos, en verdad, solo hay un camino, uno que parte de la Fuente al océano para regresar a la Fuente.

Cómo quieres andar, cómo quieres caminar, cómo decides recorrer ese camino, eso es tu libre albedrío y eso es tu experiencia encarnada. Una gota que decide deslizarse en las aguas y seguir la corriente de su propio impulso cordial, de su propio propósito para llegar al mar, tiene multitud de elecciones, multitud de caminos, pero, en verdad, sólo hay un camino que os permite regresar.

Solo existe un camino, en verdad. Por eso, cuando dudáis, cuando os encontráis ante una bifurcación, en verdad, como os hemos dicho más de una vez, estáis dudando entre elegir el amor o elegir motivados por el temor. Los caminos del temor son aquellos que generan rodeos, que generan circunvalaciones, que ralentizan vuestro propósito, vuestro sentido, lo que llamáis destino, que no es otro que el de regresar a la Fuente de la que nunca os habéis ido.

El temor os aleja de la Fuente, porque el temor os hace tomar decisiones alejadas de la vibración de la Fuente. Sin embargo, también hay experiencia en los caminos colaterales, también hay aprendizaje, aunque es un aprendizaje que nace de una decisión de temor y por tanto, un aprendizaje que nace de una decisión de carencia.

Normalmente, lo que se siente en esos caminos escogidos motivados por el temor, por la falta de Amor, por el egoísmo, lo que se siente es ausencia, lo que se siente es desplazamiento, lo que se siente es añoranza y anhelo. Son un gran motor para volver al centro, son un gran motor que te impulsa a sentir que no estás en tu lugar y te motiva a regresar y te motiva también a desarrollar tus capacidades para volver al centro.

Entonces, fijaos que, en verdad, una gota que nace de la Fuente siempre va a regresar a la Fuente. Algunas no consiguen llegar al océano, pero el agua nunca se pierde, el agua se transforma, se recoge, regresa y vuelve a empezar. Sería como esos videojuegos a los que vuestro planeta está acostumbrado, cuando uno completa la partida, volver a casa, cuando uno llega al océano, regresar al hogar es una consecuencia natural. La gota que ha llegado al océano ha llegado a la Fuente y su trascendencia es de una evaporación inmensa, sutil, serena. Llegas al océano, llegas al mar y el tránsito a la Fuente es como atravesar un arco iris de sutilidad, de calma, serenidad…”