LA ORUGA Y LA MARIPOSA · 2024

LA ORUGA Y LA MARIPOSA · 10-08-2024 · MAJOR

Me enseñan un gusano comiendo hojas de morera. Me enseñan cómo se va comiendo poco a poco la hoja y se va engordando.

Dicen: “Todos, absolutamente todos, sois mariposas que venís al mundo, pero al atravesar el conducto del olvido os percibís a vosotros mismos como orugas. Solo en vuestra más tierna infancia todavía recordáis que sois mariposas, todavía tenéis esa conciencia abierta, esa capacidad de volar y de imaginar. Todavía incluso podéis percibir a los seres del mundo espiritual, seres que vibran y que se parecen mucho a estas pequeñas hadas, a estas pequeñas mariposas.

Para vuestra conciencia infantil, las hadas son el arquetipo perfecto de estos seres angelicales que vibran a vuestro alrededor. El hada como una pequeña mariposa humana, lo que también vosotros sois. Pero en la medida que replegáis las alas de vuestra percepción, en la medida que atravesáis este conducto de olvido, y estrecháis vuestros sentidos, os percibís como orugas.

Entonces, el universo os devuelve esta imagen en el espejo y empezáis a resonar en la frecuencia de la oruga. Empezáis a devorar la realidad, empezáis a acaparar la realidad, empezáis a nutriros de todas las experiencias que os ofrece la realidad. Y solo cuando os dais cuenta de que esas experiencias os están permitiendo metamorfosear vuestra conciencia, solo entonces os rendís. Y en esa rendición podéis abrazar con confianza cualquier acontecimiento, cualquier suceso, cualquier creación que se proyecta a vuestro alrededor.

Pero, hay muchos que se quedan en el estadio de la oruga. Y si lo veis así, la oruga tiende a engordar, tiende a querer engrosar su realidad. Y si no descubre que esa nutrición es solo una fase para su transformación, entonces se queda estancada, paralizada y engordada en ese estadio de oruga. Eso es lo que le pasa a todas las personas que se identifican tanto con su fisicidad, con la materialidad, con la voracidad.

Si pudierais ver y percibir vuestro cuerpo, no sólo físico, sino también vuestro cuerpo etéreo, veríais esas alas que ya están vibrando a vuestro alrededor, veríais esa luz aleteante que es la proyección de vuestro ser completo. Es como cuando miráis una semilla y podéis ver la flor, si miráis con atención, si conectáis con el tiempo de lo simultáneo y lo eterno. Pero, si solo os enfocáis en la semilla, la semilla puede quedar aletargada toda la vida, igual que el gusano puede creerse su condición y permanecer en esa limitación.

Porque, ¿qué es lo que os permite trascender vuestra limitación? Abriros en la confianza de que sois seres ampliados, de que sois seres multidimensionales, de que sois seres vibrantes y angelicales. Cómo no podríais ser otra cosa. ¿Si todo lo que es proviene de la Fuente, cómo no podríais ser parte de la Fuente?

Entonces, en la medida que os reconectáis con la Fuente, os abrís a la confianza de que todos los acontecimientos van a nutrir vuestra percepción y dejáis de devorarlos. Y os sentís bendecidos por poder comer cada día, por poderos nutrir de las experiencias de la vida, tanto las que retan vuestra condición, como las que alientan vuestro despertar. Pues todos son caminos hacia el despertar si lo sabéis interpretar, igual que cada bocado que la oruga da, si lo entiende como un proceso de transformación, confiará en que al final recordará quién es. Y ese es el renacimiento en vida…”