SILUETA ARTÍSTICA POROSA

Manuel Pérez-Lizano

Existen múltiples enfoques para diseñar una exposición colectiva, como norma siempre válidos, al ofrecer una visión conjunta de cualquier época específica. Visión que, en un futuro a determinar, será documento, más o menos trascendente, para definir, para completar, un período de las artes. En la presente exhibición, idea del pintor y diseñador gráfico Paco Rallo, se ha optado por obras singulares de los artistas que participan: José Luis Gamboa, Susana Vacas, Antonio Cásedas, Philip West, José Manuel Ruiz Montserrat, Paco García Barcos, Germán Diez, Antonio Ceruelo, Manuel Marteles, Sergio Abraín, Dino Valls, Paco Rallo, Mapi Rivera, Pedro Bericat, Gregorio Millas, Miguel Galanda, Alberto Carrera Blecua, Ángel Maturén, Lina Vila, Steve Gibson, Javier Joven, Pedro J. Sanz, Abdul Vas, Pedro Tramillas, Jesús Fraile…

La oscense Mapi Rivera irrumpe en el campo artístico con absoluta categoría desde los años noventa. La artista aparece retratada para ser sincero eje relacionado con toda mujer, con múltiples sensaciones, con toques espirituales, pero siempre mediante la precisa y perturbadora belleza sin medida. “Campo de trigo” de 1999 es un paisaje con predominio de dos planos paralelos a la base. El campo de trigo amarillo, como oro germen de vida, ocupa menor anchura y el cielo, como toque de azul intenso cual espiritualidad hacia el espacio, ocupa mayor anchura. Del trigo emerge una figura femenina como fusión entre la tierra y la vida humana, hasta el punto que unas extrañas formas vegetales sirven como adorno sobre el vestido. La figura femenina eleva los brazos, cubiertos como el rostro, por un tejido transparente y los ojos cerrados sugieren ese nacer a la vida, que se potencia y reafirma por el sol oculto para comenzar, poco a poco, otro día…

De la serie “Estelaciones” se exhibe “estelación vigésimo quinta”, de 2004. Al año siguiente, Heraldo de Aragón, 29 de septiembre de 2005, Mapi Rivera comenta: “En arte, yo hablo de lo que conozco, hablo de las experiencias que pasan por mi cuerpo, de ahí que use tanto el cuerpo en mi obra, con ropajes que yo misma coso y descoso, o completamente desnuda. Las burbujas encarnan la pureza, la desnudez, la belleza, una forma esencial que es agua y aire”. Cierto. El tono delicado, cierta espiritualidad, su función etérea, se consigue con el fondo azul muy pálido y delicadas nubosidades por doquier. Impresión irreal ascendente a través de la burbuja gigante sobre la que emerge el desnudo de la artista… Dos fotografías que disuelven toda imaginación, para lanzarla hacia dispares territorios del sentimiento.